El 2 de febrero la Iglesia Católica conmemora la Jornada de Vida Consagrada; Es un día que nos invita de una manera especial a orar, por las vocaciones laicales, religiosas y la vida consagrada. Todos somos consagrados desde el bautismo y a partir de ese momento Jesús nos inserta dentro de Él, nos da el regalo más grande de ser sus hijos, a través de su hijo Jesucristo.
Es importante resaltar el hecho de la consagración que todos tenemos; como laicos somos consagrados por el bautismo, existen diferentes formas de consagrarse, por ejemplo, las consagraciones personales que es entrega y amor a Dios; es decir consagras tu vida en silencio, en intimidad a un servicio determinado por Dios y con ese vínculo espiritual e interno, entonces tú te ofreces completamente a Jesucristo. Pero tienes que tener presente una vida de oración y una vida íntima con Jesús, porque sin eso nada en la vida cristiana tiene sentido. El mundo está viviendo momentos difíciles con esta pandemia de la Covid-19, llenas de ruido, de voces de todo tipo, que nos hace perder la concentración en la oración que nos permite entregarnos a la voluntad de Dios ante cualquier situación.
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