Quiénes somos, qué hacemos, cuál es nuestra misión en la Iglesia
Las Hermanas Contemplativas, somos las hijas de Santa María Eufrasia, fundadas en 1825. Hacemos parte de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, y “como religiosas llamadas a una misión de reconciliación, expresamos nuestro Carisma de amor misericordioso a través de una vida apostólica o de una vida contemplativa” (Constitución #1-Aprobada en agosto de 2009).
Testimoniamos la primacía absoluta de Dios y buscamos ser instrumentos de reconciliación a través de nuestra oración, ascesis evangélica, soledad y silencio. Oramos por la Iglesia y por todo el mundo.
En el encuentro con Jesús Buen Pastor y en su contemplación nos entregamos a una ferviente intercesión a fin de que la belleza de la imagen de Dios será revelada en cada persona. De manera especial apoyamos los esfuerzos de nuestras hermanas, que están comprometidas activamente en el apostolado de reconciliación.
Además de esta misión particular, las Hermanas Contemplativas vivimos y practicamos las virtudes características del Buen Pastor. La caridad fraterna ocupa un lugar primordial, viviendo la dimensión del perdón mutuo antes de que se oculte el sol.
La vida sencilla en comunidad favorece el crecimiento de Cristo en cada hermana. Cuidamos la vida en común desde la ternura y la misericordia, el silencio externo nos ayuda a mantener un ambiente acogedor que favorece el encuentro con nuestro Amado Señor.
Para la religiosa contemplativa del Buen Pastor, lo primordial es la búsqueda de Dios, como para la esposa del Cantar de los Cantares.
Esta búsqueda de la perla preciosa, que es el Señor, se vive en el “desierto”, a través de la oración, la soledad, el silencio, la Eucaristía, la vida fraterna, el trabajo, la austeridad y la penitencia.
La vocación de las Hermanas Contemplativas se fundamenta en el amor, se nutre del amor y está totalmente orientada hacia el bien Amado que colmará en gloria nuestra sed de amor.
La penitencia es un sentido tradicional que designa la conversión del corazón y un estilo de vida donde el arrepentimiento, la humildad y el amor a Dios ocupan un lugar primordial.
Experimentamos la llamada personal a la santidad, con un fuerte acento sobre la conversión del corazón tomando fuerzas en el amor del bien amado que es el Señor, con toda pureza y santidad de vida, de cuerpo, palabras y acciones.
Vivimos ocultas, humildes en búsqueda de la Perla Preciosa por la cual estamos dispuestas a dejar todo lo demás pues sentimos que Dios nuestro Padre amoroso nos ha mirado con misericordia.
El trabajo manual es muy importante, tiene un significado de contemplación. En efecto, cierra la entrada a pensamientos vanos e inútiles y conserva el corazón para la oración. La vida oculta de Jesús en Nazaret, es el modelo de esta forma de vida, inspirada en su humildad y en su amor.
En estrecha unión con el estilo de vida contemplativa, nuestra fundadora Santa María Eufrasia decía: “la vida de las Hermanas Contemplativas cual lámpara encendida que arde en la presencia del Señor ha de ofrecerse por la conversión de las personas que llegan a las comunidades o participantes en la misión de la congregación”.
La formación igualmente ocupa un puesto muy importante en la vida de una religiosa contemplativa ya que en ella se fundamenta nuestra capacidad de diálogo, oración, y complementariedad con los demás elementos esenciales.
Procuramos estar al día con los documentos de la Iglesia, de la Congregación; participar en cursos de vida Consagrada y capacitación en temas como: informática, manualidades, música entre otros y los estudios profesionales, especialmente aquellos que servirán a nuestro estilo de vida y teniendo en cuenta la opción y capacidad de la formanda y/o la religiosa interesada en su formación.
Lo que las Hermanas Apostólicas de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor procuran realizar en la Misión y Apostolado, las Hermanas Contemplativas lo obtienen por su vida de Ofrenda, intercesión y silencio. Jesús salvó al mundo desde el silencio, la vida oculta y la oración.
Las Hermanas Contemplativas, por su oración y su vida oculta, tienen una gran fecundidad de intercesión que se alimenta de la obra Apostólica de la Congregación.
Esto quiere decir que las Hermanas Contemplativas, se mantienen informadas de lo que viven las Hermanas Apostólicas, para que su misión de intercesión no quede vacía. Del mismo modo, las comunidades contemplativas deben convertirse, para sus propias Hermanas Apostólicas, en un apoyo espiritual.
La imagen de los dos pulmones, es decir el pulmón de las Hermanas Contemplativas y el pulmón de las Hermanas Apostólicas, es a la vez la que explica mejor la complementariedad de las dos vocaciones en el interior de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor.
Pero es necesario que ambos pulmones experimenten cuánta necesidad tienen el uno del otro.
Las Hermanas Contemplativas manifiestan que necesitan de las Hermanas Apostólicas, si su vida de oración, de silencio y de comunión fraterna está motivada por la preocupación cotidiana de lo que se vive en las obras diversas del Buen Pastor. Deben ser también oasis de abastecimiento, dónde hace bien experimentar la gracia contemplativa del Buen Pastor.
Las Hermanas Apostólicas manifiestan que tienen necesidad de las Hermanas Contemplativas, si creen que su misión orante puede abrirse a cada instante a la gracia del Evangelio y de la conversión del corazón. Para esto, no están solas, están apoyadas espiritualmente por las hermanas contemplativas que interceden por ellas y por la misión.
Comentarios recientes